lunes, 6 de marzo de 2017

LA EXPEDICIÓN A PUNT

LA EXPEDICIÓN A PUNT

     "La ambiciosa reina Hatshepsut apostaba por la expansión hacia el mar Rojo y el Mediterráneo, viendo claramente las posibilidades de enriquecimiento de Egipto.
        Entre muchas de las actuaciones navales que impulsó, destaca la orden de transportar unos barcos construidos especialmente para ello del Nilo al mar Rojo. En los relieves de Deir el Bahri se pueden ver representados estos barcos, de líneas marineras y que mostraban un gran perfeccionamiento de la construcción naval. 
        En el año 1482 a.C., cuando la reina hubo reunido en el mar Rojo un buen número de naves, ordenó que emprendieran una expedición a la lejana tierra de Punt, probablemente  la actual Somalia, a unos 8.000km. de Alejandría para abastecerse de oro, mirra y marfil.

        La expedición a Punt fue un éxito y propició la apertura al mar Rojo de los navegantes egipcios, también mejoró sus posibilidades de expansión comercial hacia los pueblos del este. En los relieves de Deir el Bahri, pueden verse representadas cinco naves que entran a puerto y cinco que zarpan con un cargamento de maderas, incienso, marfil, ébano, oro, monos, y galgos, mercancías que dan una idea del tipo de comercio que se realizaba con aquel reino de Punt."
Bibliografía
SANTÍSIMA TRINIDAD
HISTORIA DE LA NAVEGACIÓN
Ediciones Altaya, S.A.


        Tuvo que ser tan importante esta acción para la posición de Hatshepsut, que no dudó en decorar gran parte de las paredes del Dyeser-Dyeseru con escenas de aquel mágico periplo por el que sería recordada durante mucho tiempo por la población llana. No sólo fue un éxito al conseguir importar la preciosa mirra a Egipto, sino que trajo extrañas especies animales antes nunca vistas y generosos cargamentos de oro, marfil, ébano y otras maderas preciosas que enriquecieron considerablemente las arcas reales y las de los templos.

         Aun así, es extraño que Hatshepsut pusiera tanto empeño en promocionar el viaje a Punt, un país que se conocía ya desde la época de las pirámides, y sólo puede explicarse como una parte más de la intensa propaganda que distribuyó por el Dyeser-Dyeseru y por otros lugares del país con el único fin de legitimar su posición. Sin lugar a dudas, en aquel momento de su reinado, con la inauguración de su hermoso templo y el regreso de los viajeros del Punt, Hatshepsut había llegado al cenit de su gobierno. La primera narración de una expedición a estas tierras se remonta al 2500 a. C.; fue enviada por el faraón Sahura, de la dinastía V de Egipto, para traer maderas preciosas, mirra, electrum (una aleación de oro y plata), monos y enanos.
        También Pepi II, faraón de la dinastía VI, decidió enviar un barco al país de Punt, «un lugar situado en la costa de Somalia. El punto de embarque debía encontrarse sobre la costa asiática del mar Rojo» (E. Driotón, J. Vandier, 1964).
Mentuhotep III, de la dinastía XI, envió otra expedición la cual quedó registrada en inscripciones grabadas en las rocas del valle de Uadi Hammamat.
El canciller Henu mandó una expedición de tres mil hombres; su inscripción relata:
Fui enviado a conducir barcos al país de Punt para traer al faraón especias fragantes que los príncipes del país Rojo recolectan profusamente puesto que entusiasman a todas las naciones. Y partí de la ciudad de Coptos pues Su Santidad ordenó que los hombres armados que debían acompañarme debían ser del sureño país de los Tebanos

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