EL QUEBRANTO
"Durante el
Imperio Antiguo 2300 a .C.
los egipcios desarrollaron los primeros barcos de madera dejando atrás los
barcos construidos con haces de juncos de papiro. La construcción de estas
nuevas embarcaciones se hacía ensamblando la tablazón con un sistema que
mantenía las tablas unidas con junturas engranadas de caja y espiga con
ligazones sin la utilización de esqueleto (quilla y cuadernas), puesto que sus
barcos se construyeron para navegar por las tranquilas aguas del Nilo y no
necesitaban cascos con estructuras especialmente sólidas que tuvieran que
resistir el fuerte oleaje en mar abierto.
Pero el
contacto con los fenicios y el conocimiento de la existencia de otros pueblos
les llevó a establecer relaciones comerciales para lo que fue necesario
aventurarse a navegar por el mar. Por aquel entonces, los maestros de ribera
egipcios habían comenzado a probar en el mar las naves de madera de acacia y
sicómoro. El principal problema de estos barcos era que no disponía de
esqueleto, por lo que provocaba serios problemas a la hora de conseguir una
adecuada rigidez longitudinal que le permitiera resistir los fuertes embates
del oleaje, esto es que el principal problema era el quebranto que sufría el
casco al remontar olas de una cierta magnitud.
El
quebranto es la deformación que se origina en un casco cuando la parte media de
este se sitúa sobre la cresta de la ola, y la popa y la proa quedan en el aire
y caen al no estar sumergidas. Esta deformación somete al casco a importantes
esfuerzos y, en los barcos de la antigüedad, provocaba su rotura súbita o
terminaba por dañar su estructura, causando vías de agua.
Para
solucionar este grave inconveniente los fenicios desarrollaron mas tarde la
quilla, pero los árboles egipcios no tenían el suficiente grosor y longitud,
por lo que los carpinteros egipcios idearon un sistema a base de ligazones
transversales y un cabo grueso de muchos cordones que discurría
longitudinalmente a lo largo de la línea de crujía, sostenido y guiado por unas
horquillas. Este cabo se aferraba a la proa y a la popa, y se tensaba
torciéndolo mediante una palanca o
tortor insertado transversalmente en los cordones. Este ingenioso sistema hacía
las funciones de una quilla a la inversa, ya que sostenía a la proa y a la popa
en la cresta de las olas, aumentando considerablemente la resistencia
longitudinal del casco. También mejoraron la resistencia general del casco
reforzando las tablas de y las ligazones e incrementaron la altura del
francobordo para evitar que las olas barrieran la cubierta."
Bibliografía
SANTÍSIMA TRINIDAD
HISTORIA DE LA NAVEGACIÓN
Ediciones Altaya, S.A.
0 comentarios:
Publicar un comentario