lunes, 6 de marzo de 2017

EL QUEBRANTO


EL QUEBRANTO


"Durante el Imperio Antiguo 2300 a.C. los egipcios desarrollaron los primeros barcos de madera dejando atrás los barcos construidos con haces de juncos de papiro. La construcción de estas nuevas embarcaciones se hacía ensamblando la tablazón con un sistema que mantenía las tablas unidas con junturas engranadas de caja y espiga con ligazones sin la utilización de esqueleto (quilla y cuadernas), puesto que sus barcos se construyeron para navegar por las tranquilas aguas del Nilo y no necesitaban cascos con estructuras especialmente sólidas que tuvieran que resistir el fuerte oleaje en mar abierto.

Pero el contacto con los fenicios y el conocimiento de la existencia de otros pueblos les llevó a establecer relaciones comerciales para lo que fue necesario aventurarse a navegar por el mar. Por aquel entonces, los maestros de ribera egipcios habían comenzado a probar en el mar las naves de madera de acacia y sicómoro. El principal problema de estos barcos era que no disponía de esqueleto, por lo que provocaba serios problemas a la hora de conseguir una adecuada rigidez longitudinal que le permitiera resistir los fuertes embates del oleaje, esto es que el principal problema era el quebranto que sufría el casco al remontar olas de una cierta magnitud.



El quebranto es la deformación que se origina en un casco cuando la parte media de este se sitúa sobre la cresta de la ola, y la popa y la proa quedan en el aire y caen al no estar sumergidas. Esta deformación somete al casco a importantes esfuerzos y, en los barcos de la antigüedad, provocaba su rotura súbita o terminaba por dañar su estructura, causando vías de agua.
Para solucionar este grave inconveniente los fenicios desarrollaron mas tarde la quilla, pero los árboles egipcios no tenían el suficiente grosor y longitud, por lo que los carpinteros egipcios idearon un sistema a base de ligazones transversales y un cabo grueso de muchos cordones que discurría longitudinalmente a lo largo de la línea de crujía, sostenido y guiado por unas horquillas. Este cabo se aferraba a la proa y a la popa, y se tensaba torciéndolo  mediante una palanca o tortor insertado transversalmente en los cordones. Este ingenioso sistema hacía las funciones de una quilla a la inversa, ya que sostenía a la proa y a la popa en la cresta de las olas, aumentando considerablemente la resistencia longitudinal del casco. También mejoraron la resistencia general del casco reforzando las tablas de y las ligazones e incrementaron la altura del francobordo para evitar que las olas barrieran la cubierta." 




Bibliografía
SANTÍSIMA TRINIDAD
HISTORIA DE LA NAVEGACIÓN
Ediciones Altaya, S.A.

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